La pérdida y el desperdicio de alimentos representan desafíos preocupantes dentro del sistema alimentario mundial, que perpetúan las crisis humanitarias, las tensiones económicas y la degradación ambiental. Entre 691 y 783 millones de personas padecieron hambre en 2022 (FAO, 2023).
Si bien los alimentos se pierden o desperdician en cada eslabón de la cadena, un factor importante que contribuye a esta crisis es el daño infligido por las plagas y enfermedades a los cultivos. La FAO estima que hasta el 40 por ciento de la producción agrícola mundial se pierde anualmente a causa de las plagas; las enfermedades de las plantas cuestan a la economía mundial más de 220 mil millones de dólares y los insectos invasores incurren en pérdidas superiores a los 70 mil millones de dólares.
En Koppert somos conscientes de estas pérdidas y desempeñamos cada vez más un papel fundamental en la promoción de prácticas de cultivo sostenibles, la reducción de sustancias nocivas que ingresan a los agroecosistemas y el apoyo a los agricultores para que aumenten sus rendimientos y la calidad de sus productos.
Protección biológica de cultivos: defendemos el uso de productos biológicos fitosanitarios y microorganismos beneficiosos para controlar las plagas de forma natural. Este enfoque minimiza la necesidad de pesticidas químicos, reduciendo efectivamente las pérdidas de cultivos y garantizando la calidad de los productos cosechados.
Mejorar la polinización: Los polinizadores, como las abejas, son indispensables para la reproducción de numerosos cultivos. Nuestras soluciones de polinización natural aumentan las tasas de polinización, lo que permite a los agricultores lograr mayores rendimientos de los cultivos, mitigando así el riesgo de pérdidas debido a una polinización inadecuada.
Fortalecimiento de la salud de los cultivos: Nuestros productos fitosanitarios fortalecen las defensas naturales de los cultivos, haciéndolos más resistentes contra enfermedades y factores estresantes ambientales. Este enfoque proactivo permite a los agricultores prevenir pérdidas de cultivos derivadas de diversos factores, incluidas las condiciones climáticas adversas y los patógenos transmitidos por el suelo.
Abordar la pérdida y el desperdicio de alimentos supone un papel fundamental en la transformación de los sistemas agroalimentarios al mejorar la disponibilidad de alimentos, reforzar la seguridad alimentaria y fomentar dietas saludables, al tiempo que se genera resiliencia.
En esta ocasión especial del Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, seguimos comprometidos a apoyar a los agricultores de todo el mundo y ser pioneros en soluciones sostenibles para combatir estos problemas críticos. Todos los días tomamos medidas para transformar los sistemas alimentarios, contribuyendo a un futuro más resiliente y próspero para todos.