Síntomas y daños
Al alimentarse, las ninfas provocan 'trastornos fisiológicos' derivados de sus mordeduras. Cuando alcanzan los vasos leñosos de las raíces, provocan su deterioro y previenen o dificultan el flujo de agua y nutrientes. La muerte de las raíces provoca desequilibrios en la fisiología de la planta, como la deshidratación del floema y del xilema, lo que provoca a su vez que los tallos se vuelvan huecos y finos y aparezcan arrugas en la superficie externa. Las toxinas que inyectan los adultos provocan manchas amarillas pequeñas en las hojas, debido a lo cual estas adquieren un color rojizo y al final se vuelven totalmente opacas, reduciendo considerablemente la capacidad de fotosíntesis de las hojas y el contenido de sacarosa del tallo. Las perforaciones en los tejidos creadas por los estiletes infectados provocan la presencia de microorganismos en el líquido nutritivo y deterioran el tejido en los puntos de crecimiento del tallo. Este deterioro se desplaza gradualmente de los entrenudos inferiores a las raíces subterráneas. El deterioro acuoso se visualiza como un color oscuro que empieza en la punta de la caña y puede provocar la muerte del tallo.